Mnemosyne is the goddess of memory. This page is the memory of MythoAnarkhia. Here, every word is a trace, and every trace a direction.
Durante miles de años, la mitología fue leída como la voz de los dioses, los reyes, el orden y el mandato. Las epopeyas fueron escritas para los estados. Los héroes fueron glorificados para proteger el trono. Pero en cada mito había una grieta: una figura que no obedecía, que no seguía rutas impuestas, que cuestionaba las cadenas. Nosotros miramos hacia esas grietas.
Leemos los mitos no solo como narraciones, sino para revivir la rebelión que contienen.
Para nosotros, Aquiles es el soldado que desobedece a su comandante.
Prometeo es el anarquista que roba el conocimiento a los dioses y lo entrega al pueblo.
Antígona es el texto de una rebelión que rompe la ley del Estado con la ley de la conciencia.
Nosotros, recuperamos los mitos de manos de los dioses.
Esto no es una narrativa, es una contranarrativa.
Esto no es una creencia, es una cultura de la duda.
Esto no es un camino, es un llamado a abrir el propio.
No negociaremos con los dioses.
No escribiremos héroes encadenados.
Porque los mitos no son para los reyes,
sino para quienes quieren destruir la idea que los crea.
Esto no es una publicación, es una posición.
Esto no es una comunidad, es un eco.
Aquí no hay líderes; solo principios.
Mythoanarkhia es la liberación del mythos de la autoridad.
Existe no para contar el pasado, sino para liberar la narración misma.
No ve el mito como documento, sino como interpretación.
Forma un terreno donde el pensamiento colectivo resuena sin poder.
Aquí no hay lugar para las naciones, porque las narraciones son más antiguas que las fronteras.
No se pregunta por el pasaporte, el idioma, el género o la ideología del participante.
Lo que importa no es la identidad, sino la contribución.
No el nombre, sino la huella.
Se opone a la esterilización académica y al lenguaje cosificador de la industria cultural.
El mythos no es un museo; es un cuerpo vivo.
La narración no se consume – se abre, se ramifica, se multiplica.
En Mythoanarkhia hay dirección, pero no líder.
La dirección se define por el pensamiento, no por las personas.
Cada contribuyente está a igual distancia del otro.
Pero la dirección de los textos se traza por las huellas sobre el terreno.
El lenguaje de esta estructura también es ideológico:
Frente a la hegemonía cultural del inglés, el idioma por defecto es el esperanto.
Pero cada idioma tiene cuerpo en este espacio.
El manifiesto es multilingüe – porque cada mythos nace multilingüe.
Aquí, la membresía es una forma de dejar una huella.
Algunos contribuyen con identidad temporal, otros con permanente.
Pero cada contribución abre una nueva vena en este mythos colectivo.
“No mito, sino mythos. No información, sino narración. No historia, sino interpretación.”
“El lenguaje no es una elección, sino una herramienta de igualación.”
Mythoanarkhia no es una escuela, es una huella.
Quienes desean caminar esa huella, ya están aquí.